Las Tres Islas
Mazatlán es reconocido por sus Tres Islas, las cuales son una reserva ecológica y zona de refugio de la fauna y flora silvestre que las habita. Estas islas se llaman Isla de Pájaros, Isla de Venados y la Isla de Lobos.
Se puede llegar a estos hermosos rincones por lancha o en lo que los lugareños llaman “anfibios”, o botes con velas típicos del lugar.
En la isla central (de Venados) se han descubierto pinturas rupestres, lo cual eleva el valor histórico de la zona.
En estas islas podrá encontrará un paraíso natural para practicar deportes acuáticos, relajarse en sus tranquilas aguas y comer en las palapas.
Pesca Deportiva de Talla Mundial en Mazatlán
Pesca Deportiva
La pesca deportiva ha centrado la atención a nivel mundial en Mazatlán por muchos años. Incluso mucho antes de que otros reconocidos centros turísticos mexicanos lo empezaran, Mazatlán atraía a pescadores de todas partes del mundo. Las flotas de pesca deportiva en Mazatlán se esparcen por doquier, con muchos botes en el antiguo puerto cerca del faro. Muchas más están localizadas en Marina el Cid o en Marina Mazatlán, en la zona dorada.
Los deportes acuáticos
Los deportes acuáticos se pueden practicar todo el día – cada día una atracción en Mazatlán. Las playas están llenas de Waverunners, parasailing, paseos en banana, Hobie Cats, kayaks y un parque acuático. Si estás alojado en la zona dorada tu deporte favorito probablemente estará a unos cuantos pasos de distancia, casi todo es ofrecido directamente en las playas. Las playas de la zona dorada son bulliciosas y con gran actividad, y los fines de semana algunas playas pueden incluso volverse un poco frenéticas.
Gastronomía
Mazatlán existe tradición de comer y comer bien, por eso en cada esquina hay una carretera y restaurantes de gran calidad, dignos de cualquier paladar, también es considerado como la capital del camarón, las perspectivas para comer en Mazatlán son muy diversas, por supuestos los mariscos aquí son buena elección.
Entre los platillos típicos en Sinaloa destacan por mencionar solo algunos: Mariscos, tostadas de ceviches, tacos de camarón, empanadas de marlín, tamales barbones de camarón, camarones rellenos, caldo de camarón, albóndigas de pescado, chicharrón de pescado, chicharrón de calamar, pescado sarandeado, pescado chino, camarón Sinaloa, campechanas, aguachile, sopa costella.
Entre sus antojitos están: panela fresca, gorditas de aciento, colache de calabacitas, tamales de piña, frijoles puercos, chilaquiles sinaloense, mochomos, pollo a la plaza, pollo al estilo Sinaloa, pipían, pato en salsa de lichis, chilorio, tacos de lengua, pozole, cocido, birria y barbacoa.
Entre su dulce típico: suaves (Mazatlán), jamoncillo, cocadas, capirotada, Jericalla, arroz con leche coricos, tacuarines, empanochadas, pastel de tres leches y ponteduros.
También podrá usted podrá beber sus bebidas tradicionales: tejuino, la chia, atole de pinole, agua fresca de cebada, de ciruela, melón, tamarindo, nanchi entre otras, atole blanco de masa raspados de concordía.
“Sin chamarra, sin corbata y sin pose”
“Sin chamarra, sin corbata y sin pose”. Éste bien podría ser el lema de Mazatlán, un destino de playa, diversión y cultura sin pretensiones. Mazatlán es un eterno favorito de quienes huyen del frío y buscan un entorno cálido y acogedor. Dotado de una costa salpicada de paradisíacas islas, un hermoso paseo marítimo, kilómetros de playas doradas y lagunas azules, este sitio realmente hace honor a su apodo, «La Perla del Pacífico».
Al planear tus vacaciones, algunas veces tienes que decidir: ¿sol y arena o cultura e historia? Mazatlán es uno de los pocos destinos turísticos que ofrecen ambas opciones. En la nueva Zona Dorada, desarrollada en la década de los sesenta, encontrarás una gran cantidad de hoteles, tiendas, bares y restaurantes repartidos a lo largo de playas idílicas; al mismo tiempo, en el Viejo Mazatlán o el centro histórico la vida continúa como lo hacía antes de que los turistas llegaran a los mercados, cafés, iglesias y plazas sombreadas de los barrios tradicionales.
Pronto te darás cuenta de que los mazatlecos, como se llaman a sí mismos los locales, son amigables, divertidos y serviciales. Cualquier época del año es buena para merodear por cafés y restaurantes. Sin embargo, también puedes unirte a la celebración más famosa del pueblo, durante la cual los locales festejan y bailan en las calles: el carnaval
Es fácil llegar a Mazatlán; puedes hacerlo a través de las autopistas, el aeropuerto internacional o la marina. Para pasar la noche, encontrarás desde pequeños hoteles familiares hasta lujosas propiedades en la Zona Dorada, que se complementan con cenas gourmet y spas.
Vive la Historia en Mazatlán
La mayoría de museos cuelga sus pinturas en las paredes, donde puedes observarlas en un cómodo entorno con aire acondicionado y donde quizá después puedes disfrutar de una taza de café. Ahora imagina un entorno dramáticamente distinto. Olvídate del aire acondicionado y deja entrar un poco de brisa marina. La luz natural provee de una mejor iluminación que la electricidad. Coloca las obras maestras escultóricas en el piso, o mejor aún: ¡tira las paredes! Bienvenido a Las Labradas de la Chicayota, una zona de monumentos arqueológicos que la fortuna y la naturaleza, han convertido en el museo al aire libre más grande de México.
Este centro ceremonial indígena es hogar de una de las colecciones de piedra tallada más finas del país –algunas piezas tienen más de mil 500 años de antigüedad– y se localiza en la playa de San Ignacio, en la comunidad de la Chicayota, cerca del pueblo pesquero de Barras de Piaxtia, aproximadamente 45 minutos al norte de Mazatlán. Para bien o para mal, el mar ha sido un acompañante constante de estas piedras. Sorprendentemente, la erosión natural no ha sido suficientemente agresiva como para borrar las reliquias, así que reconocerás con facilidad muchos símbolos como manos y algunos animales. Sin embargo, los expertos aún intentan decodificar muchos de los gráficos antiguos.
Aquí se asienta un pequeño y rudimentario museo donde podrás aprender más sobre los orígenes de esta civilización gracias a una investigación realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y a su esfuerzo por preservar estos objetos invaluables. Pregunta en tu hotel o la oficina de turismo por recorridos guiados, muchos de los cuales duran alrededor de cuatro horas.